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Los tres mendigos

Los tres mendigos

La Opinión de Málaga

Después de la cacicada del PP de María de los Ángeles Muñoz Uriol, persiguiendo a los inmigrantes subsaharianos, hemos tenido que ser testigos nuevamente del desvarío impúdico de los económicamente poderosos.

En la mañana del pasado domingo día 24 de enero del presente año 2010, han vuelto las hordas populares haciendo gala de su prepotencia. Hoy más que nunca, cuando podrían tener la oportunidad de cambiar la realidad política de una izquierda que nos afianza en la más atroz de las crisis humanas –más que económicas–, sale uno de sus iluminados para decir que "en todo el término municipal de Marbella sólo existen tres mendigos".

Incredulidad, indignación, impotencia. ¿Qué palabra podría utilizar para describir lo que he sentido al leer ese titular? Realmente no lo sé. Desconozco qué palabra políticamente correcta podría utilizar en este medio de comunicación para no herir la sensibilidad de nadie, pero sólo se me ocurren improperios que, difícilmente podrían ser reproducidos ante cualquier público.

Una cosa es mirar hacia otro lado ante las penurias que viven cientos o miles de desheredados existentes en Marbella y San Pedro Alcántara, y otra muy distinta, es desear aniquilar ante los medios y la opinión pública una realidad a la que no escapa la razón y la mirada de todos los que recorremos a diario las calles de este supuesto enclave del lujo internacional.

Vergüenza debería dar a los dirigentes del Partido Popular de Marbella, no haber despreciado e incluso denunciado públicamente las fiestas de champagne, sexo y drogas televisadas este verano para todo el mundo. Ni una sola palabra de reproche ha salido de la boca de los señores Cardeña, Troyano, Hernández o Romero cuando los canales privados han "denunciado" el derroche marbellí. Ni una sola crítica de las señoras Muñoz, Caracuel o Díaz ante los programas que se emiten en países como Reino Unido, donde hablan de Marbella como de una prostituta que se vende al mejor postor urbanístico y por lo que hasta las leyes se van a cambiar, para ungir con el agua bendita de la Junta de Andalucía, aquello que es evidentemente ilegal.

De golpe y porrazo el PP se ha quitado de encima a los traficantes de drogas, los de armas, las bandas callejeras, los asesinatos, los maltratos a mujeres y, por último, los pobres que deambulan por las oficinas de Cáritas y de otras organizaciones benéficas existentes en los pueblos de Marbella y San Pedro Alcántara. Si a Zapatero le funcionara igualmente el truco, sólo con una rueda de prensa o un artículo periodístico, se quitaría de encima los casi cuatro millones de parados generados en España. Al PP le está funcionando bien la propaganda. El próximo paso será decir que las aceras de Marbella son de oro. Jesús Gil casi lo consigue y el Partido Popular sigue sus enseñanzas. No en vano bebe de sus ideales y consiguió la victoria con sus mismos votantes.

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