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Hay vida tras Starlite Marbella

En el municipio donde el gilismo no termina de morir

Hay vida tras Starlite Marbella

Será porque estamos rodeados de familias mafiosas y políticos trincones, la piel de muchos ciudadanos, además de tornarse morena en verano, perenne lleva impreso el marchamo de la ilegalidad. Las gil-legalidades, como acostumbrábamos a decir también muchos desde 1991, cuando llegó, subido a su político caballo, el desaparecido (que quizás no muerto), Gregorio Jesús Gil Gil.

En aquella época ya todo el mundo sabía a lo que venía este personaje (que no señor): a llevárselo todo calentito. Lo sabía yo, lo sabía mi familia, amigos y vecinos... Vamos, lo sabía hasta el gato. Aun así, la repercusión mediática y una Marbella gobernada por los mismos ineptos de hoy, fue caldo de cultivo suficiente para que ganara las elecciones con una mayoría no vista hasta entonces. No solo por el número de votos, sino porque liquidó de un plumazo a Partido Popular y a Izquierda Unida, quedando en pie un maltrecho Partido Socialista Obrero Español y la Asociación Pro Independencia de San Pedro Alcántara (Independentistas de San Pedro - ISP). El 65,68 por ciento de los electores eran gilistas sin tapujos, sin vergüenza, con soltura, hasta el punto de manifestarse, años después, para que sacaran a su amado líder (casi su Dios), de la cárcel. Soltad a Barrabás, se podía escuchar de fondo en aquel aquelarre. Por cierto, bendita hemeroteca. Porque vaya personajes los que se unieron para tan vil fin, los cuales hoy reniegan, e intentan hacer creer que ni siquiera hubiesen puesto el voto en sus papeletas con el logotipo GIL.

Desde entonces, como España, el municipio está dividido en dos. Pero no crean que en una división ideológica derecha-izquierda, sino entre corruptores-corruptibles e incorruptibles.

Rescato ahora un tweet del pasado 4 de agosto, suscrito por un tal Manuel @arroscachapa donde claramente dice: “Del ‘Gil robaba, pero, al menos, hacía cosas’ hemos pasado al ‘Starlite incumple la ley, pero es bueno para Marbella’. Esa mentalidad. Esa.” Lo mismo podríamos aplicar al hotel Sisu y otros antros en los que la vergüenza no existe, al mismo nivel que la ley.

De aquellos polvos, vienen estos lodos

Y es que no podía ser de otra forma, quien vota a un corrupto, es igualmente corrupto. Quien sirve al dinero por encima del bienestar general, es corrupto. Y no me vale lo de la necesidad, la crisis y todas esas zarandajas. Las crisis las crean los políticos, banqueros y grandes empresas, a las que le importa un comino que el mundo se vaya a pique, pero porque lo permite el pueblo, los ciudadanos, la gente que, con su papeleta, da patente de corso durante cuatro años a auténticos gánster, o a sus marionetas.

No te puedes fiar de nadie, o mejor dicho y para ser más exactos haciendo caso a las cifras: no nos podemos fiar de la mitad de quienes nos rodean. Y quien lo hizo una vez, lo volverá a hacer. Recuerden: año 1995, GIL, 65,68 por ciento, 20.531 votos. Año 2003, GIL, 47,09 por cierto, 21.978 votos. (Fuente: Ministerio del Interior). Durante todo ese tiempo, sabiendo desde el principio que eran unos mangantes, al final certificando esa certeza los cuerpos de seguridad del Estado, jueces, fiscales y el movimiento vecinal por fin organizado, Gregorio Jesús Gil Gil, tuvo el respaldo de prácticamente la mitad de los pobladores de este bendito municipio. Y digo pobladores, porque la palabra ciudadanos confiere otras connotaciones a las que estas señoras y señores no han llegado ni llegarán jamás. Ciudadano es otra cosa muy distinta, más allá de las acepciones que la Real Academia de la Lengua otorga a esa entrada del diccionario. Un ciudadano participa ofreciendo a la sociedad su trabajo y percibiendo por ello su justo salario. Un ciudadano se implica en la vida política, informándose debidamente, contrastando opiniones y hechos. Un ciudadano no es aquel que implora ríos revueltos, esperando a que caiga algo para uno mismo.

Justificando ilegalidades

Ande yo caliente, ríase la gente ¿verdad? Pues en 2017, como otrora desde 1991 a 2003, el fin justifica los medios para el 50 por ciento de la población en la que sigue dividido el municipio. Ni rojo ni azul, ni verde ni maduro [palabra tabú], corruptores-corruptibles e incorruptibles. La sociedad sigue dividida de la misma forma y a partes casi iguales.

Hemos podido leer y escuchar en redes, una tremenda defensa a ultranza de la denominación Starlite, como si de un nuevo Gil se tratara, solo viendo las supuestas bondades del festival y rechazando sin contemplaciones todas las presuntas ilegalidades cometidas hasta la fecha:

  • Delito contra la ordenación del territorio, por la construcción sin licencia en suelo no urbanizable de especial protección, muros y pavimentos de hormigón.
  • Desobediencia grave a la autoridad.
  • Carecer de licencia de apertura como discoteca.
  • Apertura de establecimiento con música y bebidas alcohólicas hasta altas horas de la madrugada con un permiso verbal.

Es ilegal, pero genera empleo, riqueza y de vez en cuando cae una entrada gratis.

A todo esto, se suma la investigación que ha iniciado la Fiscalía contra Francisco Javier Porcuna Romero (PSOE-Tripartito), por la falta de acción contra todas estas irregularidades desde sus respectivas delegaciones: Industria, Seguridad Ciudadana y Turismo. Y porque no había más cargos para repartir.

Porque, a todo esto, ahora parece que es Costa del Sol Sí Puede - Podemos, el culpable de las desgraciadas desdichas de Starlite, cuando todo saltó años atrás, a partir de la denuncia de los vecinos de una urbanización cercana, a los que se les estaba y está haciendo la vida imposible durante todo el verano. Denuncia seguida por el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil, cuyas diligencias desembocaron en la investigación abierta por la Fiscalía, contra las empresas promotoras del festival: Bendeus, S. L. y Avory Celebrity Acces, S. L., administradas por Ignacio Maluquer. Ahora incluso saltan algunos diciendo que la Guardia Civil y la Fiscalía están intoxicadas por Podemos. Para estar en la oposición y ser cuatro perros flauta, parece ahora que tienen más poder que todas las instituciones del Estado. Completamente ridículo.

Pues señoras y señores, a ese 50 por ciento de la sociedad, todo esto les da exactamente igual. Defienden a capa, espada y, si hace falta, con uñas y dientes, las actividades de este señor, simplemente porque a muchos les regalan las entradas (sobre todo si tienes relación con el ayuntamiento o los partidos que lo gobiernan), porque una vez al año les trae a su artista favorito y, como no, se pueden sentir importantes haciéndose la típica foto posada en su loneta publicitaria. Photocall para los VIPs.

Pero claro, como esta justificación carecería de peso específico y además resultaría ridícula, nos inventamos una retahíla de supuestas bondades que conlleva el festival, como si eso mismo no lo pudiera hacer otro cualquiera. Desde el propio ayuntamiento, u otro promotor musical nacional o internacional. Que los hay, e infinitamente mejores:

  • Creación de 800 puestos de trabajo directos e indirectos. Sin ofrecer ni un solo documento que lo justifique o garantice. Sin contar tampoco el número exacto de los trabajadores, ni cuáles son sus condiciones laborales que sufren realmente en el recinto. Por cierto, denunciadas años atrás por Izquierda Unida, silenciada desde que gobierna en el ayuntamiento. Ya no sacan una pancarta ni para ponerla como cubremantel en una mesa.
  • Atracción de turismo nacional y extranjero. Tampoco existe ningún estudio fiable que demuestre ese extremo. Como si los ingleses o madrileños no estuvieran más que hartos de ver a Miguel Bosé, Malú o Eros Ramazzotti. El hecho que el púbico sea internacional, lo justifica que en toda la Costa del Sol, podemos encontrar poblaciones extranjeras que rondan el 30 y hasta el 45 por ciento de residentes extranjeros. El resto, siempre han venido durante las vacaciones. Si es tan bueno Starlite y atrae a tanta gente, que le echen narices y lo programen en invierno. ¿A ver a quiénes son capaces de traer? Se iban a comer un rosco.
  • Un impacto económico para la ciudad de 80 millones de euros. Pero claro, nos tenemos que hacer caso de la consultora Price Waterhouse Cooper. La misma que dijo durante los años 87-91 que las cuentas del Ayuntamiento de Marbella estaban limpias como la patena, siendo completamente falso. No voy a reproducir el artículo de prensa donde por aquella época se hablaba del concejal que compraba hasta el tabaco a cargo de las arcas municipales, firmando el cargo y justificación del mismo en servilletas de papel. Tampoco me voy a extender en lo que ha significado la consultora en la calificación de productos financieros de dudosa reputación y final ruina, además de los delitos cometidos por gran parte de la cúpula de esta empresa, sobre todo contra la Hacienda Pública.
  • Promoción de la ciudad y el nombre Marbella. Otro dato inventado y sin respaldo documental. De hecho, solo hay que darse una vuelta por Google e intentar encontrar alguna referencia internacional al festival. Ni la prensa especializada ni los mismos vendedores de entradas, incluyen a Starlite entre los eventos nacionales o internacionales de relevancia. De hecho, Ticketea o distintos periódicos, al hablar de este tipo de eventos, no nombran a Marbella, ni entre los 10 o 40 destinos más importantes (según las listas) para asistir a festivales musicales. Quedando por delante eventos como Sónar, Bilbao BBK Live, Festival Internacional de Benicàssim, Primavera Sound, Sonorama… por nombrar solo algunos nacionales. De hecho, si entras en la web una de las publicaciones más prestigiosa del mundo especializada en información musical, como es Billboard, no han nombrado jamás a Starlite como referente de nada. Mucho menos Marbella asociada a esa marca.

Por tanto, ¿podemos decir que hay o habrá vida tras la supuesta marcha del evento? Rotundamente sí. Solo hay que sacar a concurso público la explotación de la cantera de Nagüeles, la plaza de toros o cualquier otro espacio donde, mucho antes de que existiera Starlite, ya teníamos la oportunidad de disfrutar con Michael Jackson, Queen, Joe Cocker, Prince… Y eran los 80-90. Imagínense lo que podría ser hoy con otro tipo de organización.

No voy a entrar en el tipo o calidad de las personas y personalidades que atraía la Costa del Sol en aquella época. Incluso desde los años 50 en adelante. Ni punto de comparación con la de ahora. Con todos mis respetos, pero no es lo mismo decir que la visita estrella es una de las hijas de Trump, que recibir a los Duques de Windsor, la Princesa Alexandra de Kent, Madeleine Carroll, Lillie Palmer, parte de la familia Domecq, Greta Garbo, Antonio Mingote, Gracita Morales, Analia Gadé, Vicente Parra, Antonio Ferrandis, Alberto Closas, Edgar Neville, Sean Connery, Glenda Jackson, Laura Valenzuela, Vicente del Bosque, Björk, José María García, Karlos Arguiñano, Tony Blair, Naomi Campbell, Arturo Fernández, Antonio Pérez Henares, etc, etc, etc. Ahora va a resultar que todos estos vinieron por Starlite, cuando ni siquiera existía.

Créanme, Starlite no quiere irse de Marbella ni con agua caliente. Solo está presionando al Ayuntamiento y la Junta de Andalucía, en ocasiones manipulando y utilizando a sus propios empleados, para seguir en sus trece de no cumplir con la legalidad vigente. Por cierto, vigente para todos, menos para ellos.

Las conversaciones existen entre el Tripartito y la empresa, intermediarios de peso específico del municipio, también. Starlite está utilizando todas las fórmulas y encuentros a su alcance para pegarse como una lapa a la roca de Nagüeles.

Créanme, dentro de unos años, Starlite será recordado por unos cuantos, sobre todo en los juzgados, por el trabajo que les está llevando la investigación penal abierta contra ellos.

Hagamos las cosas bien desde el principio y no tendremos que seguir siendo el hazmerreír en las televisiones nacionales e internacionales por lo chabacana que se está convirtiendo Marbella, los casos de corrupción política, las mafias que campan a sus anchar en clubes donde el negocio no son precisamente las copas que ponen y, como no, el hecho de que dos mamarrachos controlen una población de 140 mil habitantes porque al número uno de un partido perdedor, se le ocurrió ser “arcarde” a toda costa. Ninguno de los componentes del Tripartito se veía (ni verán) en otra igual. Así que, aprovechando, que es gerundio. Y así nos va a los pobres ciudadanos de verdad, consumidos por tanto interés por lo privado, en vez de en lo público, como se le presumía a un grupo de la también supuesta izquierda. Porque, como decía al principio, no se trata ya de rojos o azules, sino de corruptores-corruptibles e incorruptibles.

AMPLIACIÓN - 18/08/2017

Me reitero en lo dicho: cualquier empresa o entidad pública es capaz de hacerlo igual o mejor que Starlite. Una prueba se llama "Medusa Sunbeach Festival", en tan solo tres días, en la población de Cullera, municipio valenciano con 22.000 habitantes, se ha conseguido un impacto de 22 millones de euros de beneficio para su población.
El Mundo - El Medusa deja un impacto superior a los 22 millones de euros en Cullera.

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