Revista El Observador

Aunque la licitación fue publicada por un importe de 1.345.880,14 €, el capricho de remodelar una calle que no necesitaba más que un pequeño mantenimiento, nos ha costado a todos 1.090.566,68 €, más unos 540.000,00 €, que próximamente gastarán para destruir la única zona verde y fresca para el verano que queda, al sur de la misma Calle Marqués del Duero. El total del capricho será de, aproximadamente, 1.630.566,68 €, cuando existen barrios en San Pedro Alcántara y Nueva Andalucía que llevan sin tocarse casi cuarenta años, si no contamos los parches que de vez en cuando “regalan”, para conformar temporalmente a los votantes.

Todos y cada uno de los partidos políticos que han conseguido la alcaldía, (PSOE, GIL, PP y Tripartito), han metido mano al centro de San Pedro Alcántara, como si no existieran barrios completamente abandonados, en los que falta iluminación, saneamiento, asfaltado, parques, jardines e incluso acerado. Gastar y gastar sin criterio y sin capacidad siquiera de mantener lo ya construido, como en el caso del Bulevar San Pedro Alcántara. Deben entender que es mejor gastar el dinero en espacios más visibles y no en zonas como El Salto del Agua, Las Medranas, La Fuente del Espanto, El Ingenio, etc.

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A conciencia, porque no se puede decir de otra forma, los políticos nos venden una Justicia que a duras penas es tal. Como en el caso de la Sanidad, estos trabajadores están muy por encima de sus jefes directos y los gobernantes de los que dependen. Falta de medios materiales, personal, responsables elegidos a dedo, e incluso algún representante del colectivo de la abogacía, más interesado en hacer campaña personal que en el bienestar de sus representados y de la ciudadanía en general. Una justicia lenta y sin medios siempre beneficia a los mismos: ricos y poderosos que pueden permitirse el lujo de largos procedimientos en los que la Administración de Justicia, muchas veces, al final solo puede archivar los casos denunciados por un puñado de valientes, o dar la razón a quien mejor defensa se ha podido pagar durante los meses o años que tarda en salir la sentencia firme de un procedimiento. Si nos centramos en Marbella, en la que, a pesar de todo, la corrupción y las mafias campan a sus anchas, necesitamos un regimiento de jueces incorruptibles. Jueces que no se fíen de nadie y escondan de la vista de todos, sus intenciones, como Don Miguel Ángel Torres hizo con el Caso Malaya. Solo así podrá iniciarse una verdadera limpieza del crimen que nos rodea y que pocos quieren ver.

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A pesar de las buenas intenciones iniciales en este nuevo tramo del mandato municipal, el Partido Popular de Marbella no puede dejar al azar el resultado de las próximas elecciones locales de 2019. Una de las pruebas evidentes, es precisamente, su interés desmesurado por volver al gobierno de la ciudad a pocos meses de la próxima campaña, con un Ayuntamiento completamente errático, como ellos mismos están declarando en sus comparecencias públicas, sumado al descontento generalizado de los ciudadanos por la carencia de servicios y atenciones que hemos sufrido durante el reinado del Tripartito y, según evidencian los días, seguimos sufriendo ahora con el Bipartito. Sobre todo en San Pedro Alcántara.

Por tanto, es evidente que OSP es una pieza de la que deberán prescindir tarde o temprano. Sería para estos una ventaja, concurrir a las elecciones metidos en el Gobierno junto al Partido Popular de Ángeles Muñoz, en su intento de que la sangría de votos no sea tan contundente como se espera todo el mundo. Ellos incluidos.

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Utilizando un símil futbolístico, del que sinceramente, no tengo mucho control, podemos decir que el cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Marbella, ha facilitado un resultado presumible, de lo que hasta ahora había sido un partido aburrido, soso y en el que el empate técnico era la tónica durante esos “90 minutos” que ha durado este folletín veraniego.

Ya en el mes de julio pasado, el Partido Popular reprobó la actitud pasiva que el anterior Equipo de Gobierno Tripartito, que mantenía abierto un suculento y oscuro negocio, a pesar de las 700 denuncias que el Hotel Sisu mantiene activas por parte de los vecinos del edificio, sin contar con la mala imagen pública que dicho establecimiento otorga al municipio, un día sí y otro también abriendo titulares escandalosos, programas de televisión dedicados a las tropelías de sus huéspedes y reportajes en la prensa extranjera (sobre todo británica), por el que súbditos de su Majestad la Reina Isabel, están pensándose mucho si visitar Marbella próximamente dadas las circunstancias. No me refiero [irónicamente] a los hijos de la Gran Bretaña, que parecen ser los causantes de todo este desastre turístico.

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